miércoles, 14 de abril de 2010

Food Inc. - Robert Kenner



Food Inc. es un documental perteneciente a la ola de "descubridores de verdades" americanos, en el que el director Robert Kenner nos lleva a través de los procesos de producción alimenticia de la actualidad.

Robert Kenner toma ventaja de uno de los devoradores más cazables de nuestro presente en esta investigación. La industria alimenticia americana es uno de los monstruos más fáciles de identificar y señalar. Kenner intenta realizar un estudio a profundidad de sus efectos sin hacer a un lado los datos de sus orígenes. Aunque se focaliza en objetivos fáciles de ubicar como McDonald's, se aleja de juzgar a una sola empresa o empresas, adentrándose en el cuestionamiento antropológico de cómo se ha transformado nuestra forma de producir comida.

Para esto kenner hace uso de entrevistas a granjeros reales, imágenes capturadas en específico para el documental. Recordándonos en momentos a Meat de Wiseman, el impacto que busca lograr Kenner con el montaje de estas imágenes en la tripa del público es obvia. De pronto es increible que la película haya comenzado con el director de la película devorando una hamburguesa al más puro estilo del American way of life.




Hay momentos cuestionables como el seguimiento a la madre de una de las víctimas de E. coli en su viacrucis por las oficinas de congresistas para pasar una ley que regularía la producción de carne de res a través del país, ya que parece extenderse demasiado y abogar un poco de más por una melodramática presión para hacer de sus argumentos inobjetables.



Algo altamente destacable es que al final de la película uno no se queda en una nota agresiva para señalar a culpables u odiar al mundo, aunque tal vez sea difícil comer una hamburguesa por un par de semanas. El documental no se mantiene imparcial o frío, pero se aleja de lo amarillista y falsamente espectacular alá Moore para mostrar lo monstruoso de la realidad, a pesar de que en algunos casos hace falta la dualidad de la argumentación por razones que aparentemente están fuera del control de la realización (por ejemplo la declinación para industriales de dar su punto de vista o argumentos en el caso de los pollos). El documental termina con una nota alta en general, aunque puede pecar de aburrido a ratos.

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